El denominado material del futuro, el grafeno, se ha propuesto para ser el compañero de viaje de la maquina del futuro, las impresoras 3D.

Todo se debe a un grupo de científicos del Imperial College de Londres que han logrado desarrollar una tinta de grafeno para su utilización en las impresoras 3D.

El equipo de investigadores, liderado por la española Cristina García Tuñón, querían intentar crear estructuras, pinturas, compuestos, etc. sólo con grafeno utilizando una impresora 3D y, es que hasta ahora, se ha impreso con diversos materiales como el polímero, la resina, etc. algunos de ellos incluso contienen grafeno. Pero lo que ellos han desarrollado es una tinta sólo de grafeno, partiendo del óxido de grafeno, lo que les permite hacer esta "pasta" que pueden dispersar con agua.


grafeno impreso 3d



Para el equipo de investigadores lo que en un principio suponía una prueba, un mero juego, se transformo en un reto debido a la dificultad de trabajar este tipo de materiales con las impresoras 3D. Pero la investigación merecía la pena, ya que las impresoras 3D te permiten hacer cualquier cosa y si se consigue hacer cualquier cosa, con uno de los mejores materiales, los avances conseguidos pueden ser increíbles.

Lo más complicado de todo este proceso, ha sido precisamente conseguir esta tinta que fluya por la boquilla de la impresora para que después se solidifique, ya que para ello, tiene que tener unas propiedades viscolásticas muy concretas. Con la impresión de plástico lo que se hace es calentar la boquilla y de ese modo el plástico se funde. Después cuando se enfría se endurece. En este caso, ese proceso no valía porque el grafeno no tiene esas propiedades y lo que han hecho es pegar a la partícula de grafeno una molécula de polímero que dependiendo de la acidez del medio, puede interactuar entre sí para lograr esa diferencia.


impresora 3d grafeno


Según comentan los científicos, una de las primeras aplicaciones que quieren darle a este avance, es imprimir en 3D un circuito y después embeberlo dentro de un plástico flexible, de tal forma que pueda detectar presión. De este modo se podría construir una especie de piel artificial para la robótica, sensible a la presión, la flexión, la fuerza, etc.



En definitiva, una vez más os hemos querido demostrar la gran utilidad que pueden tener las impresoras 3D y el amplio abanico de materiales que se pueden utilizar, convirtiendola así en una herramienta versatil y capaz de trabajar en cualquier tipo de proyectos.