Hace un par de años unos estudiantes franceses modificaron su impresora 3D para poder hacer tatuajes con ella. Pasados los años, esta técnica está más cerca de ser una realidad.



Todo empezó en un evento llamado Public Domain Remix, organizado por el Ministerio de Cultura de Francia. Unos de los concursantes modificó su impresora 3D, cambiando el extrusor de la máquina por un bolígrafo para dibujar, pero en un intento por llevar su "experimento" a algo más extremo, terminaron transformando su impresora 3D en una máquina de tatuajes autónoma.

En un principio, las primeras pruebas se realizaron sobre piel artificial, hasta que finalmente y, para sorpresa de todos, se presento un voluntario para tatuarse.


 

Evidentemente, llevar a cabo este proceso en la piel de una persona requiere una técnica mucho más compleja debido a la superficie curva y lo diferente que es la anatomía de cada uno de nosotros.


Parece ser que poco a poco se van dando soluciones a esos problemas que puede encontrar la impresora para trabajar sobre nuestra piel y no parece ninguna locura que pronto empecemos a ver estas impresoras 3D en las tienda de tatuajes o incluso en nuestras propias casas.

 

No obstante, esta nueva técnica ya ha empezado a tener una corriente de críticas por parte de los "puristas" del tatuaje ya que según ellos con estas máquinas se rompe el vinculo entre el "artista y su lienzo" y también ese toque personal a cada una de sus "obras" .

En definitiva, una vez más el increíble potencial de las impresoras 3D ha encontrado un nuevo nicho de mercado en el que poder asentarse. Pero lo mejor de todo es, que esta revolución, solo acaba de empezar...

 

¡Hasta pronto!